A Mi Bandera
En el mes del homenaje a su creación hago esta reflexión. Es la misma que me dio mi identidad nacional y me integro a otros millones de individuos¸ que en cualquier lugar del mundo, al verla inmediatamente nos hermanamos a su alrededor con afecto y dignidad.
Es nuestro orgullo y sus colores los mas hermosos e incomparables. El blanco de pureza, y el azul del cielo y el mar. Estos sentimientos surgen instintivamente porque tuvimos la educación, el culto a nuestros símbolos.
Hoy se ha deteriorado tanto la educación, que también el homenaje a nuestra historia ha quedado adormecida. Tan es así, que el feriado del 20 de junio se ha cambiado. Tampoco entonamos nuestros cantos patrióticos con frecuencia, y nuestros jóvenes no saben sus letras.
¿Hemos perdido identidad, la globalización económica tendrá algo que ver? O nuestra indiferencia, falta de ejemplos, frustraciones, inseguridad y corrupción y la desocupación también.
El vértigo de nuestras vidas, la escasez del tiempo libre disponible, el uso de los multimedios, el Internet, videos, celulares. El bombardeo publicitario "Del Compre Ya", notas de hechos intrascendentes de personajes casi desconocidos que ocupan por semana todos los medios periodísticos, impiden al individuo reflexionar sobre su sentimiento nacional.
¿Qué es el sentir nacional? No es solo el respeto a nuestros símbolos, es también a nuestras costumbres y al idioma.
El desinterés es tal que se ha abortado la propiedad que distingue al ser humano: pensar, investigar, razonar, leer, compartir experiencias, y crear una familia.
Cada uno de nosotros deberíamos constituirnos en protagonistas, ejemplos para estimular la formación, actualización y nivelación en los conocimientos de nuestra historia.
Un país sin historia, sin símbolos no existe.
Nos toca ser responsables del presente, del futuro y de no olvidar el pasado.
Usted decide. Usted elige.
Mi bandera, es como mi madre, no se puede cambiarla y juré respetarla con honor y con gloria morir.
Dr. MIGUEL FRIDMANIS
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