JHArchivosHistoricosSu Revista Barrial. Sitio web histórico y referido a Villa del Parque, Ciudad de Buenos Aires.
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Su Revista Villa del Parque y Devoto TOPONIMIA
Orígen y Significado del Nombre de Nuestras Calles
LOPE DE VEGA
Desde el 27 de noviembre de 1893 lleva su actual denominación por una ordenanza Municipal. Nace en la Av. Rivadavia 9599 y termina en la Av. Gral. Paz al 7000. Antiguamente fue llamada Av. Gral. Espejo.
Félix Lope de Vega Carpio nació el 25 de noviembre de 1562 en Madrid. Su padre, Félix de Vega, era bordador y aficionado a los versos. Lope fue de una rara precocidad. En la escuela, antes de saber leer, y hacía versos que dictaba a los mayores. A los 10 años, tradujo en versos castellanos un difícil poema latino. Entre los once y los doce componía piezas dramáticas. Así como amaba el estudio y las letras, gustaba también de las aventuras. Un día, ambicioso de conocer mundo, huye de su casa con un compañero, son presos en Segovia cuando procuraban vender una cadena de oro, y devueltos a su casa. A los 16 años queda huérfano de padre. Asistió a un colegio dirigido por los jesuitas y más tarde a la Universidad de Alcalá, donde nunca se graduó, pues abandonó sus estudios, probablemente a causa de unos amoríos. Su protector, el Obispo Jerónimo Manrique, a quien entra a servir como paje, prendado de su talento lo insta a estudiar donde en alguno de sus colegios cursó latín y otras materias aunque sin seguir carrera universitaria alguna. Sin embargo, en cierto modo, lo mismo que Cervantes, fue un autodidacto. No se decidió a seguir la carrera eclesiástica, y así en 1583 participó como soldado en una expedición a las islas Azores, que concluyó victoriosamente al cabo de dos meses.
La vida de Lope de Vega desde los 20 años adquiere un fuerte sabor dramático por sus muchas aventuras amorosas, nada ejemplares, que él se complace con cierto cinismo en referirnos en prosa y verso sin disfrazarlas gran cosa. Toda su obra rezuma impulsividad y violencia pasional, el valor autobiográfico de la Dorotea y sus cartas al Duque de Sessa, íntimas y a veces desenvueltas, corroboradas por la investigación crítica, dan verdadera luz sobre la azarosa vida de Lope de Vega, llena de pasión amorosa y ardor literario de indudables bajezas y de sinceros arrepentimientos. Hombre de mucho atractivo personal, alegre y de porte distinguido a pesar de su humilde cuna, dotado de un gran don de gentes, cautivaba a cuantos conocía. Poco después entró al servicio del Marqués de las Navas, e inmediatamente sabemos de unos amores suyos con María de Aragón, Marfisa. Poco después tuvo relaciones con Elena Osorio, Filis, hija de unos cómicos, linda y coqueta, y que se preciaba de culta. Quiso a Lope, pero luego, inducida por su familia y el dinero de otro galán, le postergó. Para vengarse, aquel escribió unos libelos contra ella y su familia que le costaron el destierro de la Corte y del reino durante ocho años. Pero, antes de ausentarse raptó a doña Isabel de Alderete o de Urbina, Belisa, de mejor posición social que él, y con ella se casó (1588). En este mismo año, en su ardor aventurero se embarcó en la Armada Invencible en cuya expedición parece que murió su hermano. Al volver se instaló en Valencia, junto con su esposa. En el viaje había escrito "La hermosura de Angélica", poema inspirado en el Orlando Furioso del Ariosto. Mientras tanto crece su fama poética con sus continuos estrenos en Valencia y en Madrid. Ya Cervantes, que le llevaba 15 años, lo había elogiado por La Galatea, compuesta en 1584. En realidad, Lope de Vega, si bien no alcanza a la profunda humanidad de Cervantes, lo excede en su prodigiosa fertilidad de ingenio.
Toda la obra de Lope es una estensísima autobiografía, no a la manera romántica, proclamada a todo viento, sino bajo disfraces (recuérdese el Belardo tantas veces puesto en escena), o a través de personajes que aparecen en su dramática. Como ningún autor de su siglo supo identificarse con los ideales e instituciones de su nación. La monarquía, la Iglesia y al Fe, la devoción popular, la tradición histórica, el orgullo y el honor personal, la mujer idealizada, todo esto fue para él tema poético, visto a través de su gran optimismo y entusiasmo, sin alambicamientos ni decadentismos. El tono festivo y la ironía solo los usaba para hacer reír al público del cual era fiel servidor. Por eso como lírico es mas bien poeta del siglo XVI, que no del XVII, cuando en España la desilución, tras una cortina de aparatosa vacuidad, impregnaba el alma de las cosas. Por lo mismo fue enemigo del culteranismo.
Enlaza perfectamente la tradición popular castellana con la lírica renacentista. Es fino y delicioso en villancicos, letrilla, romances y canciones, donde se hace eco del sentimiento popular, como sonetista es perfecto, su lírica amorosa es extensísima y de gran emoción, característica que también reviste su poesía religiosa. Su lirismo invade su obra entera, pero coleccionó gran parte de su poesía en Rimas (1602), Soliloquios (1612), Rimas Sacras (1614), Rimas Humanas y Divinas del Licenciado Tomé Burguillos (1634).Su producción poética de carácter narrativo y didáctico se centra en las siguientes obras: La Dragontea (1598), sobre el corsario Drake, la mejor de su género, La Jerusalén Conquistada (1609), inspirada en la obra de Tasso, y la Corona Trágica (1627), dedicada al Papa Urbano VIII, quien le concedió el hábito de la Orden de San Juan, por lo que en adelante antepuso a su nombre el dictado de Frey. El poema Isidro (1599) tiene una gracia especial en su popularismo. Compuso también obras de tema mitológico, como Circe, La Filomena y Andrómeda, y como poema burlesco la famosa Gatomaquia (1634), parodia de los poemas caballerescos. Poemas didácticos son: El Arte nuevo de hacer Comedias (1609), escrito para defender su posición referente al teatro clásico, y el Laurel de Apolo (1630) en alabanza a los poetas contemporáneos. En prosa figura Arcadia (1598), como también Los Pastores de Belen (1612). De aventuras, El Peregrino en Patria (1604) muestra cabal de su exuberancia imaginativa e infatigable de Lope de Vega. Si no creó grandes caracteres, supo crear ambientes, y gracias a él y a su escuela, el teatro español es considerado con razón uno de los tres grandes teatros de la Edad Moderna.
Pocas veces se ha dado una personalidad tan rica y tan poderosa en el campo literario.
Como dijo Schack, su nación le debe "no ya un drama, sino una literatura dramática completa". El más fecundo comediógrafo y poeta español de la Edad de Oro, llamado el Fénix de los Ingenios murió en 1635. Vaya si merecía honrar su nombre, imponiéndole en una calle de nuestro barrio.
TOMAS A. RAMINI

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